SIOUXSIE AND THE BANSHEES
Juju
©Polydor. UK, 1981.
‟Angustia, magia negra, frenesí, atmósferas oscuras y densas, se condensan en este cuarto álbum de la impredecible Siouxsie y sus Banshees, una de las bandas cruciales de los años ochenta, de un registro que supo distinguirse a tiempo de la camada postpunk que derivó en la uniforme y monocorde música "dark" o "gótica". Se debe agradecer a la sensibilidad artística de Siouxsie Sioux por haberle dado la vuelta a cada uno de los clisés del siniestrismo y, en todo caso, haber consumado un desarrollo no efectista, imponiendo su personalidad provocadora. Acompañada de Steve Severin en el bajo, supo sobrevivir a la vorágine punk –de la cual ambos provenían– y obsequiarnos la versión "oscura" del pop, con ciertos retoques orientalistas.
Juju es un álbum nocturno, que reclama la noche para ser escuchado y caer en su hechizo. A la vez, por su temática desfila toda la parafernalia de las películas de horror, en nueve surcos que repasan desde la celebración del Halloween (Halloween), hasta el rito vudú de tortura que consiste en traspasarle alfileres a una muñeca (Voodoo dolly), desde destripadores perseguidos (Night shift) hasta el canibalismo televisivo (Monitor) y la colección de cabezas humanas (Head cut).
Pero lo destacable es que la Siouxsie no se vale de adornos ni de sobreproducciones para transmitirnos su particular visión de lo tenebroso. Desde el inicio escuchamos a una banda de rock básico, sin más pergaminos que magníficos riffs de guitarra cortesía de John McGeoch y una percusión a cargo de Budgie. Ambos marcan el ritmo frenético de las canciones más delirantes del álbum, que arranca con Spellbound: "Desde las barras de la cuna/ Viene una voz como un señal/ Con el efecto de un giro rápido/ No tienes elección// Escuchas una risa/ agrietarse a través de las paredes/ Con el efecto de un giro rápido/ No tienes elección// Después de los pasos/ de la danza de una muñeca de trapo/ Entramos en trance/ Hechizados// Y no olvides/ cuando tus ancianos se olvidan/ Para decir sus rezos/ tómalos por las piernas/ y lánzalos a través de las escaleras".
Prosigue con la cadenciosa y contagiante Into the light, que pareciera acelerarse y que anuncia a Halloween, si bien antes escuchamos Arabian Knights como sofocante intermedio. En Halloween la adrenalina está ya en el ambiente, donde el horror persecutorio anunciado en las tres primeras canciones adquiere por fin un sentido plenamente musical; horror persecutorio, sí, porque esta es la descripción más cercana al mensaje intertextual y metonímico de la música: la sensación de una persecución a medianoche, cuyos móviles, como ya señalamos, son múltiples, transmitidos a la perfección por gemas como Halloween, Sin in my heart, Into the light y la ritualista Voodoo dolly, con esas guitarras obsesivas hasta el éxtasis. Justamente parte de la letra de Voodoo dolly podría resumir el espíritu de Juju: "¿Estás escuchando a tu miedo?/ Los latidos están tan cercanos/ como el pequeño tambor en tus oídos/ atravesándote hasta tu miedo".‟
Pero lo destacable es que la Siouxsie no se vale de adornos ni de sobreproducciones para transmitirnos su particular visión de lo tenebroso. Desde el inicio escuchamos a una banda de rock básico, sin más pergaminos que magníficos riffs de guitarra cortesía de John McGeoch y una percusión a cargo de Budgie. Ambos marcan el ritmo frenético de las canciones más delirantes del álbum, que arranca con Spellbound: "Desde las barras de la cuna/ Viene una voz como un señal/ Con el efecto de un giro rápido/ No tienes elección// Escuchas una risa/ agrietarse a través de las paredes/ Con el efecto de un giro rápido/ No tienes elección// Después de los pasos/ de la danza de una muñeca de trapo/ Entramos en trance/ Hechizados// Y no olvides/ cuando tus ancianos se olvidan/ Para decir sus rezos/ tómalos por las piernas/ y lánzalos a través de las escaleras".
Prosigue con la cadenciosa y contagiante Into the light, que pareciera acelerarse y que anuncia a Halloween, si bien antes escuchamos Arabian Knights como sofocante intermedio. En Halloween la adrenalina está ya en el ambiente, donde el horror persecutorio anunciado en las tres primeras canciones adquiere por fin un sentido plenamente musical; horror persecutorio, sí, porque esta es la descripción más cercana al mensaje intertextual y metonímico de la música: la sensación de una persecución a medianoche, cuyos móviles, como ya señalamos, son múltiples, transmitidos a la perfección por gemas como Halloween, Sin in my heart, Into the light y la ritualista Voodoo dolly, con esas guitarras obsesivas hasta el éxtasis. Justamente parte de la letra de Voodoo dolly podría resumir el espíritu de Juju: "¿Estás escuchando a tu miedo?/ Los latidos están tan cercanos/ como el pequeño tambor en tus oídos/ atravesándote hasta tu miedo".‟
Arturo Delgado
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