"Alguna vez viajaba sola en esas largas tardes sin sentido, cuando distintas señales en medio de la niebla me invitaron a bajar desde este mundo apocalíptico, siempre buscaba un lugar arcano que soplaba en mis sueños y aquella tarde descendí por ese laberinto de piedra extraño a cualquier sitio que jamás haya visitado, en esa frialdad mis sentidos se agolparon, había algo allí que me pertenecía desde tiempos pretéritos, caminaba junto a una luz pálida mientras el rumor de mil voces silenciadas se extendía por esos callejones antiguos, de vez en cuando me cruzaba con alguna otra figura también ansiosa por sentir, era una especie de bazar (feria) subterráneo con variados puestos (todos muy distanciados unos de otros) que ofrecían reliquias, libros y rarezas de países lejanos, en esta visión sentí calidez, fue justo ahí cuando divisé ese refugio que en largas noches buscaba, una extraña disquería con paredes de cemento algo resquebrajadas, viejos muebles ennegrecidos por el polvo que sostenían vestimentas oscuras, adornos, botas y una gran colección de ediciones con el desconcertante anuncio de "Música Prohibida", había esperado tanto tiempo este momento que me sentí extasiada, frágil y vagabunda un poco, hasta que por fin en plena conciencia saludé al hombre gris que merodeaba en el tugurio, parecía haber dispuesto todo allí con una sutileza insana que calzaba a la perfección, charlamos unos minutos luego abrió este delicado tesoro de sonidos, era la música que mi rostro esperaba por décadas... sobresaltada desperté, pero ahora ya sabía mi verdadero nombre."
Agretta Luna
Agretta Luna