The Umbersun
©Music For Nations. UK, 1998.
‟Cualquier amante de la música extrema debería escuchar esta banda para entender lo que realmente ES la oscuridad. No describirla, ni conceptualizarla, ni siquiera escribir sobre ella. Sino experimentarla.
Como la Angustia. La angustia se experimenta, no se puede describir, es justamente una experiencia que no se puede poner en palabras.
Y Elend está realmente cerca de esa experiencia. O por lo menos de producirla, y a gran escala.
El primer disco estaba más influido por la música sacra y clásica no tan experimental. Y con el paso del tiempo se fueron poniendo más pesados. En el sentido de más extremos. El segundo disco ya tenía algunas disonancias típicas de la música clásica contemporánea, pero acá es otra cosa.
La influencia de la música contemporánea es más que evidente y le agrega una dosis de agresividad increíble, que no solo realza los climas generados por estos músicos, sino que los temas ganan en dramatismo y se vuelven más opresivos y épicos al mismo tiempo.
Y en el medio de esa agresión sonora difícil de sobrellevar, encontramos una perla negra, que sirve de sosiego entre tanta mugre disonante.
El comienzo del disco no podía ser más auspicioso, con "Du Tréfonds Des Ténèbres", un viaje al agujero negro más insondable. A continuación, "Melpomene", o el equilibrio perfecto entre agresión, oscuridad y miseria.
"Moon of Amber" es de una belleza deslumbrante: "Oscuridad. Miramos la Luna de Ámbar. Y otra vez el Jardín sueña su silencioso sueño. Sin vigilancia, algunos fragmentos de luz persisten en tu cielo. Fuimos como amantes sublunares. Perdidos en los mares de tu corazón. Navegando las corrientes de tu mente. Calmando tu pálida cara otra vez...Confuso, en las sombras de nuestro sol, fuimos enceguecidos por la agonía, nuestros deslumbrados ojos vacíos de estrellas, nuestras voces enmudecidas por el miedo, nuestros oídos envidiando lo ensordecedor, nuestras almas retirándose esperando la muerte, nos ahogamos en una Luna de Ámbar."
A continuación llega el Apocalipsis, y la persecución entre las secciones de cuerdas y las voces sopranos es abrumadora, hasta que llega la "Oscuridad" (Umbra) tan densa que casi puede tocarse...
El tema que da título al disco mezcla unas voces angelicales con uno de los climas más violentos de toda la discografía de la banda, y uno termina pidiendo que el suplicio termine. Pero falta. Frente a lo extenso de los primeros 5 temas del disco, la segunda mitad del disco posee canciones más precisas, gracias a la relativa corta duración de las canciones....pero la opresión parece multiplicarse como por efecto de magia. Así se suceden "In the Embrasure of Heaven", que siempre me hizo recordar al viaje final de ese hermoso tema llamado "The cry of Mankind" que esta en el disco "The Angel and the Dark River" de My Dying Bride, pero multiplicando esa oscuridad hasta el infinito. Con "The Wake of the Angel" pareciera haber un poco de aire puro entre tanta miseria, pero las letras desmienten la creencia inicial. Por dios!!!es mucho más violento un susurro que un grito, y la música de Elend lo comprueba.
Esta obra de arte termina con "Au Tréfonds Des Ténèbres", casi como el impulso final para poder salir de la penumbra que a esta altura, después de 66'48'', lo cubre absolutamente todo.
Y menos mal que termina, ya que si bien esa experiencia de la que escribía al principio se puede realizar, no es para muchos, ni para hacerla muy seguido tampoco.
De más está decir que los músicos que intervienen en este descomunal disco son muchísimos. Y son ellos los que dan punto final a la primera trilogía de Elend, de la mejor forma posible, sin eludir la responsabilidad frente a la cual están. Simplemente increíble y superlativo.‟
Y Elend está realmente cerca de esa experiencia. O por lo menos de producirla, y a gran escala.
El primer disco estaba más influido por la música sacra y clásica no tan experimental. Y con el paso del tiempo se fueron poniendo más pesados. En el sentido de más extremos. El segundo disco ya tenía algunas disonancias típicas de la música clásica contemporánea, pero acá es otra cosa.
La influencia de la música contemporánea es más que evidente y le agrega una dosis de agresividad increíble, que no solo realza los climas generados por estos músicos, sino que los temas ganan en dramatismo y se vuelven más opresivos y épicos al mismo tiempo.
Y en el medio de esa agresión sonora difícil de sobrellevar, encontramos una perla negra, que sirve de sosiego entre tanta mugre disonante.
El comienzo del disco no podía ser más auspicioso, con "Du Tréfonds Des Ténèbres", un viaje al agujero negro más insondable. A continuación, "Melpomene", o el equilibrio perfecto entre agresión, oscuridad y miseria.
"Moon of Amber" es de una belleza deslumbrante: "Oscuridad. Miramos la Luna de Ámbar. Y otra vez el Jardín sueña su silencioso sueño. Sin vigilancia, algunos fragmentos de luz persisten en tu cielo. Fuimos como amantes sublunares. Perdidos en los mares de tu corazón. Navegando las corrientes de tu mente. Calmando tu pálida cara otra vez...Confuso, en las sombras de nuestro sol, fuimos enceguecidos por la agonía, nuestros deslumbrados ojos vacíos de estrellas, nuestras voces enmudecidas por el miedo, nuestros oídos envidiando lo ensordecedor, nuestras almas retirándose esperando la muerte, nos ahogamos en una Luna de Ámbar."
A continuación llega el Apocalipsis, y la persecución entre las secciones de cuerdas y las voces sopranos es abrumadora, hasta que llega la "Oscuridad" (Umbra) tan densa que casi puede tocarse...
El tema que da título al disco mezcla unas voces angelicales con uno de los climas más violentos de toda la discografía de la banda, y uno termina pidiendo que el suplicio termine. Pero falta. Frente a lo extenso de los primeros 5 temas del disco, la segunda mitad del disco posee canciones más precisas, gracias a la relativa corta duración de las canciones....pero la opresión parece multiplicarse como por efecto de magia. Así se suceden "In the Embrasure of Heaven", que siempre me hizo recordar al viaje final de ese hermoso tema llamado "The cry of Mankind" que esta en el disco "The Angel and the Dark River" de My Dying Bride, pero multiplicando esa oscuridad hasta el infinito. Con "The Wake of the Angel" pareciera haber un poco de aire puro entre tanta miseria, pero las letras desmienten la creencia inicial. Por dios!!!es mucho más violento un susurro que un grito, y la música de Elend lo comprueba.
Esta obra de arte termina con "Au Tréfonds Des Ténèbres", casi como el impulso final para poder salir de la penumbra que a esta altura, después de 66'48'', lo cubre absolutamente todo.
Y menos mal que termina, ya que si bien esa experiencia de la que escribía al principio se puede realizar, no es para muchos, ni para hacerla muy seguido tampoco.
De más está decir que los músicos que intervienen en este descomunal disco son muchísimos. Y son ellos los que dan punto final a la primera trilogía de Elend, de la mejor forma posible, sin eludir la responsabilidad frente a la cual están. Simplemente increíble y superlativo.‟
Darklord
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